Áyax el grande; un heroe griego sin ayuda divina.


    Este singular héroe de la mitología griega, era hijo de Peribea y Telamón que era hermano de Peleo, padre de Aquiles, por tanto nuestro protagonista era primo del héroe de los “talones desprotegidos”. Igualmente, si seguimos mirando su árbol genealógico, Áyax resulta ser biznieto de Zeus, ya que su padre era hijo de Éaco, hijo del dios.

    También llamado Ayante, su nombre suele ir acompañado de “el grande” o “telamonio” para distinguirlo de su homónimo en la guerra de Troya, Áyax Oileo o el menor, de características físicas y habilidades distintas ya que el segundo era un infalible arquero.

     Se le describe con una presencia impresionante, de gran estatura y una fuerza colosal, considerado el segundo en destreza dentro del campo de batalla, durante la guerra de Troya, tras su primo Aquiles, aunque con una inteligencia más limitada que otros héroes de esa guerra. Al igual que otros muchos personajes, en su juventud fue entrenado por el centauro Quirón y solía luchar ayudado por un enorme hacha y escudo del gran tamaño, que frecuentemente se describe diciendo que era como una torre y estaba compuesto por siete capas de pieles de buey y una octava de bronce, cuando al parecer, los habituales lo estaban por cuatro capas. Pero la circunstancia que lo diferencia del resto de guerreros que participaron junto a él en la famosa guerra, era que no gozaba de la protección de divinidad alguna, a diferencia los demás, ya que cada uno gozaba de la simpatía de algún dios, Tetis hacia su hijo Aquiles, Atenea hacia Diómedes u Odiseo, Apolo hacia Héctor, Afrodita hacia su hijo Eneas, etc… Sin embargo Áyax se lleva el mérito en exclusiva de sus enfrentamientos.

                    Defensa de las naves de Ayax

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Tulipanes; la primera burbuja económica de la historia.


            Estamos en crisis, por si alguien aún no lo sabía y además en algunos lugares esta muy agravada por una circunstancia a la que llaman burbuja inmobiliaria. Esto es una situación que sufre la economía cuando un producto sube a unos precios desproporcionados, que nada tienen que ver con su valor real, hasta que llega un día en que se dan cuenta que es ilógico el precio que se venía pagando por él. Pero ¿son algo nuevo estas circunstancias económicas? Sin duda no, de hecho es una evidencia más que sangrante de que el hombre tropieza no dos, ni tres veces con la misma piedra, lo hace infinitas veces.

            Ya en época romana hay constancia de especulación inmobiliaria, donde se compraba a precio de saldo, por ejemplo lugares incendiados y después de especulaba con ellos, con la construcción de viviendas. Sin embargo la primera noticia de una autentica “burbuja económica”, viene del siglo XVII, y en un país, que por su pequeño tamaño se especializaron en el comercio, Holanda.

            Muchos eran los negocios que tenía los holandeses, con las Indias occidentales y orientales, en la trata de esclavos, en múltiples negocios por Europa, etc… Sin embargo en ese siglo surgió un el comercio de un producto, cuyos precios y beneficios subieron desproporcionadamente, el tulipán. Esta flor, la cual solo tiene un uso ornamental, ya que carece, por ejemplo, de olor o uso medicinal como otras plantas, comenzó a introducirse en el año 1554, procedente de Turquía, de cuyo idioma deriva su nombre, de la palabra tülbent que significa turbante, aunque existe constancia de que ya se usaba ornamentalmente en la Al-Andalus del s. XI. Con este tipo de uso, era ya muy apreciado, por lo exótico que resultaba y era un auténtico artículo de lujo, además resultó que el suelo arenoso del país, producto del espacio ganando al mar, favorecía su cultivo. Sin embargo, fue una enfermedad de esta planta, transmitida por un pulgón, la que le dio un aspecto mucho más exótico si cabe, ya que comenzaron a aparecer flores con gran variedad de colorido y rayados, algunos realmente extraños y originales, lo que derivó en una auténtica locura por adquirirla. En aquellos años se desconocía, pero hoy se sabe que esto se producía por la acción de un  virus llamado Tulip Breaking Potyuirus, el cual se lo transmitía dicho insecto.

Evolución de la Tulipomanía

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