Atalanta, heroína griega


Son incontables los héroes o semidioses de la mitología griega, sin embargo, a excepción de las amazonas, es difícil encontrar una figura femenina que pueda llegar a tener una consideración similar a la de los héroes masculinos, que fuesen capaces de luchar al nivel de los éstos, ya que casi siempre quedaban encuadradas bien en cuestiones familiares, bien como hechiceras y en muchos casos siendo una rémora para la acción de los héroes. Sin embargo, nuestra heroína podría considerarse esa excepción para confirmar la regla y su nombre aparece con nombre propio en algunas de las más relevantes leyendas.

La figura de Atalanta podría encuadrarse en el ámbito de la diosa cazadora Artemisa, si bien el apartado relativo a su virginidad, si bien lo uso en gran parte de su historia, no lo respetaría como si hizo la diosa.

Como pasa en la mayoría de personajes mitológicos, existen diversas versiones sobre su ascendencia, ya que, si bien mayoritariamente se la suele situar como hija de Yaso y Climene, si bien Euripides la hace hija de Esqueneo y Hesiodo la hace hija de Menalo.

Sea como fuere y como ya ocurriera con otros héroes, al nacer fue abandonada en el monte Partenio ya que su padre solo quería tener hijos, donde fue amamantada por una osa, figura recurrente la crianza por un animal en la mitología griega, hasta que fue encontrada por unos cazadores que la criaron.

Creció siempre armada y dedicada a la caza y la diosa Artemisa, por lo cual preservaba su virginidad y rehusaba el matrimonio, además de que un oráculo predijo que si se casaba se convertiría en un animal y ya sabemos lo mal que le sentaba a los dioses que no se respetasen su culto, en este caso referido a la virginidad y Artemisa. Sin embargo, sufrió un intento de violación por parte de los centauros Reco e Hileo, pero dio buena cuenta de ellos a flechazos.

Caza del Jabalí de Calidón. Peter Rubens.
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Tebas, la otra gran guerra de la Mitología Griega (2/2); Los Epígonos.


   Tal como anunciaba en el anterior artículo sobre la guerra de Tebas, su historia no acaba con la derrota de estos 7 caudillos.

   Diez años después, los hijos de estos reyes, a los cuales se les conocen como los “Epígonos”, deciden vengar a sus padres, pero esta vez, el oráculo profetizaba un feliz desenlace para expedición, eso sí con la única condición de que en ella debería participar Alcmeón, uno de los hijos de Anfiarao.

   No obstante éste, no está dispuesto a participar en ella, lo cual le lleva a tener una fuerte discusión con su hermano menor, Anfíloco. Por ello, tal y como había sucedido en con la de su padre, deciden que sea la madre de ambos, Erífila, la que tome la decisión. E igual que había sucedido anteriormente con su padre, el pretendiente a la corona tebana, Tersandro, hijo de Polinices, enterado de la situación, la soborna nuevamente, esta vez con el peplo de Harmonía, la cual otra vez, optaría por facilitar la participación de sus hijos en la guerra, lo que con posterioridad, provocaría un fatal desenlace para ella.

   De esta manera comenzaba la preparación del evento, que además de los ya nombrados, Alcmeón, Anfíloco y Tersandro, contarían con Diomedes, hijo de Tideo, Egialeo, hijo de Adrastro, Prómaco, hijo de Partenopeo, también llamado por algunos autores Tlesímanes o Biantes, Esténelo hijo de Capaneo y Euríalo hijo de Mecisteo. Como suele ser habitual, está lista, elaborada por Apolodoro, sufre alguna variación con otros autores, que incluirían a Poliduro, hijo de Hipomedonte y no aparecen Anfíloco ni Euríalo.

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Tebas, la otra gran guerra de la Mitología Griega (1/2); Los siete contra Tebas


Existen dos grandes guerras narradas en las leyendas de la Mitología Griega. Una es sobradamente conocida,  el famoso asedio y saqueo de Troya. Sin embargo con anterioridad ocurrió otro gran conflicto bélico, en otra ciudad, Tebas. Según muchos autores, estas dos guerras, fueron urdidas por el mismísimo Zeus con la intención a aligerar la cantidad de población que existía, y que consideraba excesivo. Sea así o no, ambas tienen un origen más terrenal y en este artículo contaremos como se desarrolló la segunda.

Esta guerra, por el control del trono de Tebas, se produjo en dos episodios. El primero conocido como “Los 7 contra Tebas”, que tratamos en esta entrada, que acabaría en fracaso, y un segundo protagonizado por los descendientes de estos primeros, al que se conoce como “Los Epígonos”, que acabaría con la toma de la ciudad.

El origen  de este conflicto se encuentra en los hechos relacionados con la tragedia del rey de la ciudad, Edipo, tras conocer éste, que hacía años había matado a su padre, Layo, rey de Tebas, al cual no conocía, y tras vencer a la Esfinge, le concedieron el trono de la ciudad y la mano de la esposa del anterior rey y a la par su madre, Yocasta, a la cual también desconocía,  con la que había tendría dos hijas, Antígona e Ismene y dos hijos Eteocles y Polinices. Todo esto provocó el suicidio de su esposa/madre y su automutilación, cegándose.

Edipo y la Esfinge

Edipo y la Esfinge

Tras estos sucesos, hay dos versiones sobre el destino de Edipo. En una de ellas, reinaría hasta su muerte la ciudad, muriendo en una batalla. Sin embargo en la versión más conocida, por la tragedias escritas por Esquilo y Eurípides entre otros, es desterrado de la ciudad por Creonte, el recurrente rey regente de la ciudad, cargó que ocupó en varias ocasiones y hermano de su difunta esposa/madre, comenzando un penoso deambular acompañado de su hija/hermana, Antígona, hasta llegar las región del Ática, cerca de la ciudad de Colono, territorios gobernados por el héroe Teseo.

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Áyax el grande; un heroe griego sin ayuda divina.


    Este singular héroe de la mitología griega, era hijo de Peribea y Telamón que era hermano de Peleo, padre de Aquiles, por tanto nuestro protagonista era primo del héroe de los “talones desprotegidos”. Igualmente, si seguimos mirando su árbol genealógico, Áyax resulta ser biznieto de Zeus, ya que su padre era hijo de Éaco, hijo del dios.

    También llamado Ayante, su nombre suele ir acompañado de “el grande” o “telamonio” para distinguirlo de su homónimo en la guerra de Troya, Áyax Oileo o el menor, de características físicas y habilidades distintas ya que el segundo era un infalible arquero.

     Se le describe con una presencia impresionante, de gran estatura y una fuerza colosal, considerado el segundo en destreza dentro del campo de batalla, durante la guerra de Troya, tras su primo Aquiles, aunque con una inteligencia más limitada que otros héroes de esa guerra. Al igual que otros muchos personajes, en su juventud fue entrenado por el centauro Quirón y solía luchar ayudado por un enorme hacha y escudo del gran tamaño, que frecuentemente se describe diciendo que era como una torre y estaba compuesto por siete capas de pieles de buey y una octava de bronce, cuando al parecer, los habituales lo estaban por cuatro capas. Pero la circunstancia que lo diferencia del resto de guerreros que participaron junto a él en la famosa guerra, era que no gozaba de la protección de divinidad alguna, a diferencia los demás, ya que cada uno gozaba de la simpatía de algún dios, Tetis hacia su hijo Aquiles, Atenea hacia Diómedes u Odiseo, Apolo hacia Héctor, Afrodita hacia su hijo Eneas, etc… Sin embargo Áyax se lleva el mérito en exclusiva de sus enfrentamientos.

                    Defensa de las naves de Ayax

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Prometeo, benefactor de la humanidad


    Esta entrada podría ser la continuación de la que trataba el origen del mundo según la mitología griega, de no ser por que tiene un protagonista principal que merece una atención exclusiva y cuya actuación daría origen a los seres humanos según esta misma mitología. A esto se suma un interés actual por el estreno de una película que lleva su nombre “Prometheus”.

     Nuestro personaje era hijo de uno de los titanes, Japeto y una oceanide (ninfa hijas de Océano) Climene, aunque algunos autores lo hacen hijo de otra ninfa, Asia, y por tanto era primo de Zeus. Normalmente se le atribuyen dos hermanos, que junto a él, Hesiodo en su Teogonía, describe como el ilustre y violento Menetio, el torpe Epimeteo y el mañoso y astuto Prometeo, lo que ya da ver sus actuaciones en las distintas historias que protagonizan.

    Prometeo además de su astucia, tenía el don de la profecía que ya en la lucha entre los titanes y los olímpicos, la titanomaquia, le hizo ver el desenlace favorable a los segundos con los que se alineó, además de convencer a Epimeteo de hacer lo mismo. Actitud distinta tomó Menetio, que luchó contra Zeus y este acabó enterrándolo en lo más profundo del Erebo. Posteriormente también profetizó que el hijo que naciese de la ninfa Tetis, de la que estaba enamorado Zeus y otros dioses, sería más poderoso que su padre. Por este motivo ningún dios se uniría a ella, obligándola a casarse con un mortal, uno que consideraban suficientemente digno para ella, Peleo, en cuya boda surgiría la leyenda de la manzana de oro de la discordia, que con el tiempo llevaría a guerra de Troya, donde participaría el hijo de ambos, Aquiles.

Robo del fuego

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Minos, el rey mítico que dio nombre a una civilización


    La historia de este rey comienza con otra conocida leyenda, la del rapto de Europa por parte de Zeus transformado en toro. Esta historia acaba en la isla de Creta y de esta relación hubo tres descendientes, el propio Minos, Ramadantis y Sarpedón. En la juventud de estos tres hermanos, parece ser, que todos ellos se enamoraron del mismo joven, Mileto el cual prefirió a Sarpedón, lo que provocó que peleasen entre los tres, venciendo Minos, por lo que el derrotado hubo de abandonar la isla, quedándose Radamantis como juez en la isla, labor que realizó con extraordinaria sabiduría.

Rapto de Europa

    Una vez acabada la relación con Zeus, Europa se casó con Asterio o Asterión, rey de Creta, el cual murió sin hijos propios, aunque había criado a los de su esposa como propios. A su muerte Minos reclamó el trono pero no todos lo aceptaban, por ello dijo que era voluntad de los dioses que el fuese el rey y para demostrarlo comenzó a realizar unos sacrificios en honor a Poseidón, a la vez que le pedía que éste, hiciese salir un toro del mar para demostrar la voluntad de los dioses favorable a su reinado, comprometiéndose a sacrificarlo luego en su honor. Poseidón lo escuchó e hizo salir del mar un hermoso toro blanco que Minos al verlo no quiso sacrificar como había prometido, soltándolo en libertad o bien uniéndolo a su ganado, sustituyéndolo por otro en la hecatombe. Ésto provocó el enfado del dios que hizo que la esposa de Minos, Pasífae, se enamorase del citado toro. Desde ese momento esta quiso yacer con el animal sin conseguirlo, por lo que pidió ayuda a Dédalo, famoso inventor y arquitecto, que se había alojado en la isla huyendo de otras querellas. Éste le fabricó un disfraz de vaca con maderas y pieles, con lo que Pasífae consiguió su propósito. De está relación nació Asterio, el que se ha conocido como el Minotauro, con cabeza de toro y cuerpo de hombre. Al ver el producto de esta relación, Minos mandó a Dédalo construir un laberinto donde encerrarlo y poderlo tener controlado sin que pudiese salir.

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Neoptolemo


    Como ya dije en la presentación del blog, el primer artículo no podía ser otro que la historia de Neoptolemo, personaje de la Mitología Griega, del que tome prestado el nombre, si bien no por tenerle una especial admiración, si no por lo curioso del nombre.

    Este héroe, desconocido para mayoría, participó de forma muy significativa en la parte final de la conocida guerra de Troya, sustituyendo a su padre, el gran Aquiles, tras su muerte, cuando aún era poco más que un adolescente.

   Su historia comienza en los preparativos de la citada guerra, cuando se estaban reuniendo a todos los participantes del lado aqueo, lo que hizo que la nereida Tetis, madre de Aquiles, intentase evitar que su hijo participase, conocedora de su triste final. Para ello lo disfrazó de doncella y lo recluyó en la corte del rey de Esciro, Licomedes, donde hizo vida junto a las hijas de éste, con el nombre de Pirra, nombre que hacía referencia a lo rubio de sus cabellos.

   Durante esta estancia, yació con una de estas hijas, Deidamía, con la tuvo a nuestro protagonista, que fue llamado en primera instancia, Pirro, por la misma razón anterior. A la marcha de su padre quedó al cuidado de su madre donde creció y se formó como soldado, demostrando desde joven sus grandes condiciones para tal función, como un digno sucesor de su padre.

    Durante la guerra de Troya, a la muerte de Aquiles, los Aqueos pasaron momentos de apuros, hasta que estos capturaron a Heleno, hijo del rey troyano, Príamo, y con dotes proféticas, del cual otro adivino, Calcante, había dicho que conocía las condiciones que debían darse para tomar la ciudad. Y fueron tres las condiciones que dijo: llevar al campamento los huesos de Pélope, robar el Paladio de la ciudad y que se uniese a ellos Neoptolemo, que por aquella época, podría tener unos 14 años, edad suficiente para aquellas guerras.

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